Habían pasado casi unos 15 años desde la primera y última vez que había cruzado el charco; entonces visitaba Canadá donde me enamoraba de un país espléndido que me enseñaba las maravillas frente al país vecino del sur. Por entonces había un anuncio de cerveza que clamaba el orgullo canadiense frente al estadounidense y me convencieron de todo aquello, tanto que desde entonces una pegatina con la hoja de arce adorna mi maleta (realmente la puso mi hermano y yo simplemente la lucí orgulloso por medio mundo).
Así que esta vez tenía que viajar al país vecino y ver cómo era de verdad, a ver si las críticas que escuchaba por entonces tenían fundamento o eran, como suele pasar, prejuicios… En poco tiempo y tras contactar a varias personas que habían estado por allí, 6 valientes viajeros decidimos juntarnos en Nueva York, meca del consumismo, para pasar 10 días.
Llegamos desde distintos puntos para pasar unos días geniales, con mucho frío y más caóticos de lo esperado, íbamos a pasar Acción de Gracias y el correspondiente Black Friday por allí. El apartamento lo cogimos a través de la famosa página airBnB y aunque estuvimos algo apretados (6 en un piso de unos 40 metros) con un solo baño y cocina americana nos apañamos muy bien haciendo turnos para las duchas, las compras y la repartición de las llaves.
Fue divertido recorrer las calles de la Gran Manzana, algunas veces con rumbo (gracias a una guía que se esforzaba por poner algo de orden) y otras perdiéndonos por barrios menos recomendados. No describiré el viaje cada día pero aparte de algunas fotos destacaré lo que más y lo que menos me gustó:guía que se esforzaba por poner algo
El parque de Washington: recomendado por una amiga y donde pude apreciar a un majestuoso tocando el piano.
El Ferry que nos llevó a Staten Island: porque aunque las vistas no fueran las mejores, vimos la Estatua de la Libertad pero además, nos divertimos haciendo el canelo mientras nos fotografiábamos.
Mi paseo en solitario durante el Black Friday: como no me apetecía irme de compras, aproveché el último día para pasearme solo por los puntos que más me habían gustado.
El MET que no fue MET: porque tuve que trabajar por la mañana así que me tocó ir luego solo… y al final, acabé compartiendo un café de dps horas en lugar de pasarme por las galerías.
El High Lane: de lo mejor de lo mejor. Pese a visitarlo de noche me pareció un sitio increíble.
La comida en general: porque la variedad que nos ofreció Nueva York superó todas mis expectativas, y además, el grupo de comedores con los que fui hizo que comiésemos muy muy bien.
Central Park: porque aunque sea un parque, es curioso ver lo bien que sobrevive entra tanto rascacielos.
La locura de ciudad y las actuaciones callejeras: me fascinó la ferviente actividad a cualquier hora y la cantidad de actuaciones callejeras por todas partes (¿quién hace toques con una zapatilla en lugar de un balón si no en el metro de Nueva York?)
El Harlem y la misa Gospel: porque pese a ser basante crítico con la religión, me encantó el sentimiento de bienvenida con el que nos recibieron y nos atendieron.
Brooklyn y su hipsterismo: porque la moda hipster me la trae un poco al pairo, pero pasearse por Bedford Ave. o visitar el Night Bazar y ver la cantidad de gente extraña luciendo con orgullo sus vestimentas y creaciones da que pensar.
Además, quedará en el recuerdo: el karaoke, los zumos de papaya, las tiendas, Wall St., la cena en el Dallas, el MOMA, los baretos gays, la cena de Acción de Gracias en el ucraniano… todo es y mucho más.
Y no todo iba a ser bueno…. lo peor, el mendigo que casi murió tras un ataque epiléptico y las decenas de personas que pasaron a su alrededor sin inmutarse siquiera.