Tras varios días en España para pasar las vacaciones de Navidad y poder disfrutar de la familia y los amigos (los otros, que aquí siempre se quedan algunos), un día esquiando, varios haciendo turismo para enseñarle a un amigo americano mi ciudad y alrededores, fiestas inolvidables, un examen que espero aprobar, un viaje en un avión demasiado apretado todavía bajo los efectos del alcohol, el día 18 volví a mi casita de Virum en Dinamarca.
Como no podía ser de otra manera, al llegar había preparada una fiestecilla, era el cumpleaños de Gemma y aunque estábamos pocos Erasmus aquí, se montó una buena fiesta, con mucha comida (panninis, tostaditas, kisches, tortillas de patata…), por supuesto estuvo la típica cartulina, que ya es típica como regalo, mucho alcohol y como las buenas fiestas en la residencia un buen Karaoke, esta vez con puntuaciones (era el SingStar) y cabe destacar actuaciones muy buenas por parte de la señorita Lili. Destacaría también mi actuación con Arturito en la canción de “Sin documentos” pero creo que el alcohol me hacía ver una realidad distinta.
El sábado hice la compra y pasamos la tarde viendo una película en casa de Isa, la película era “Una casa de locas” mala traducción de la producción hispano-francesa titulada “L’auberge espagnole” donde se narra la historia de un chico francés que viene de Erasmus a España y todos los problemas y fiestas que conlleva, a decir que la película no refleja exactamente la realidad que vivimos nosotros aquí, pero es graciosa y para pasar una tarde con los amigos es bastante recomendable. Luego volvimos a casa y aunque estábamos muy cansados para salir, la cosa se fue animando y poco a poco nos entonamos con ayuda del Sr. José Cuervo y decidimos salir a altas horas de la noche, fuimos a Copenhague, a nuestro templo particular llamado KølerBar hasta que los cerramos y ya nos volvimos.
El domingo, tras tres días de intensa fiesta tocó dencansar, así que me lo pasé en la cocina, haciendo un bizcocho para un amigo (que era su cumple) y de palique. Por la noche celebramos el cumpleaños con unas crêpes y unas copitas de vino, por la noche una película en el cuarto y a dormir a altas horas de la madrugada, que estando de vacaciones es lo que apetece.
Y hoy, como todos tenían que trabajar, he decidido dedicarme al hogar y me he pegado cuatro horitas reparando bicletas para tener varias de repuesto para cuando viene gente de fuera. Luego comida fácil que no hay ganas de exquisiteces y por la tarde más recados y a cuidar del hogar que había que limpiarlo un poquito.
En resumen, que la vuelta ha sido como me esperaba, muy buen ambiente y volver a ver a mucha gente que se ha echado de menos, ya que tras cuatro meses conviviendo día a día se hacía duro. Aunque algunos de los que se fueron ya no van a volver y se les echará de menos, espero volverlos a ver cuando vengan de visita (MaryKate, sabes que va por ti) .